Hoy tome mi bufanda,
la que rodeaba tu cuello
aquella noche...
Tu aroma emanaba de ella,
volviendo a mi recuerdo,
todo lo ocurrido...
La apreté con mis manos,
como si fuese tus manos,
buscando el calor de tus caricias
y el aroma de tu dulce amar...
(Soledad Ubiergo)